viernes, 20 de febrero de 2015

Gritar y gruñir aumenta la fuerza en un diez por ciento


Gritar y gruñir aumenta la fuerza en un diez por ciento

Antes yo me burlaba del típico pesado que gruñía en el gimnasio mientras levantaba pesos grandes. Es un exagerado, pensaba, solo quiere llamar la atención. Hasta que un día un entrenador me hizo levantar mi propio peso en el press de banca. Entonces me di cuenta de que ese día el pesado que gruñía era yo.

Si te parece que bramando como un toro levantas mas el peso, o golpeas mejor la pelota de tenis, o bateas mejor jugando al béisbol, tienes razón. Solo tienes que ver una competición de lanzamiento de peso olímpico o de halterofilia, y escuchar con atención. Los especialistas gruñen y gritan como si no hubiera mañana.

Gritar y gruñir aumenta la fuerza



Los efectos de los gruñidos han sido comprobados científicamente. En un reciente experimento de la universidad de Drexel se hizo que 30 voluntarios midieran su fuerza apretando con la mano un medidor hidráulico. Primero los voluntarios simplemente apretaban el medidor. Luego apretaron exhalando al mismo tiempo. Para finalizar apretaron produciendo algún sonido, o sea, gruñendo o gritando. Cuando los voluntarios gruñían, su potencia aumentaba en un 10% de media.

No es el primer experimento. En este estudio con jugadores de tenis universitarios se pudo comprobar que los gruñidos aumenta la fuerza y velocidad del saque y el drive. En otro estudio, Igualmente, se vio que el incremento de fuerza al golpear gruñendo la Bola de tenis no aumentaba el consumo de oxígeno.

¿Por qué? La explicación más probable es que los gruñidos aumentan la potencia de las señales eléctricas que nuestro cerebro envía a los músculos para que se contraigan. Más señales, mayor contracción, mayor fuerza.

Por si esto fuera poco, si lo que gritas son palabrotas, aumenta tu tolerancia al dolor. No es broma, es un estudio de la escuela de psicología de la universidad de Keele. Algo que todos intuíamos.

El próximo día en el gym o en la cancha, deja que te oigan.

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